viernes, 10 de julio de 2009

Diálogo cultural y catarsis nacional.


El jueves 9 de julio de 2009 se llevó a cabo en la ciudad de Panamá, específicamente en la Biblioteca Nacioanal, el Foro “CULTURA Y DESARROLLO NACIONAL”, convocado por la Asociación de Escritores de Panamá y la Fundación El Hacedor.


Gestores y artistas como, Rodrigo Noriega, Danilo Pérez, José Luis Rodríguez Pittí, Olga Sinclair, Mario García Hudson, Alexandra Schjelderup y la nueva directora del Instituto Nacional de Cultura, María Eugenia Herrera de Victoria, tuvieron la oportunidad de dialogar en un espacio que se quedó pequeño porque la asistenciia del público fue masiva.


Hubo muchas ideas, tanto de los panelistas como de algunos mediadores del sector cultura que lograron hacerse escuchar. Lo importante quedó bien marcado: la cultura está en un estado de emergencia y es vital que el gobierno panameño empiece a tratarla como un asunto de importancia de Estado. Justamente como los organizadores venimos insistiendo: un factor relevante y necesario para el desarrollo sostenido de la nación, y no más como un simple adorno o fuente de diversión pasajera.


Más que un balance de este evento, donde quedó claro que hay que rescatar y fortalecer la institucionalidad de la cultura, nosotros queremos centrarnos en un tema que manejó uno de los miembros de la mesa: la cultura ambiental. El Doctor Rodrigo Noriega no solo tocó un tema que tiene que ver con el medio ambiente y la cultura. Es un tema que tiene que ver mucho con la participación ciudadana y el desarrollo sostenible y comunitario; algo que perseguía este Foro desde sus inicios: demostrar la importancia del desarrollo cultural y cómo éste puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas. Es urgente que el Estado defina políticas públicas sociales donde la cultura sea un factor decisivo en la sustentabilidad y sostenimiento de los proyectos sociales. Hay que pensar la cultura más allá de los escenarios y las tarimas. Hay que pensarla desde el desarrollo cultural; como un proyecto de vida.


Nunca podremos identificar y comprender los componentes simbólicos y constituyentes que forman parte de la dinámica de las comunidades locales sino ahondamos en las epistemologías temáticas sustanciales que hacen que las personas se comporten de una forma que no sólo hace daño a su espacio vital, sino que aniquila su autoestima e identidad. Mirada de Nuchu reproduce un resumen de las palabras de Rodrigo Noriega, que nos ayudan a demostrar que se puede erradicar la violencia, no solo contra el medio ambiente, sino contra la misma persona, si logramos crear programas destinados a prevenir; programas a largo plazo que tendrán resultados si desde ya se empieza. Pero para eso la cultura debe ser tomada en cuenta y no ser vista como un accesorio, como un adorno, como una postal que atrae al turista. Si queremos que la institucionalidad brille y se luzca, hay que estudiar, investigar y diagnosticar para poder tomar decisiones reales y no ser una impostura estética. Este mismo discurso lo manejamos hace 5 años al inicio de una Patria Nueva; donde "sí se podía", pero no hubo apuesta por la cultura, sino por un desarrollo de concreto y acero. El reloj inicia de nuevo y otro prometido "verdadero cambio" sólo se logrará desde la educación y la cultura; así no tendremos que castigar al hombre. La ciudad de la furia crece hacia arriba, mientras abajo, en la periferias y en los suburbios, corren ríos de sangre y destrucción.


C.F.















Resumen de la Presentación sobre Cultura Ambiental.

9 de julio de 2009.
Sala de Uso Múltiple / Biblioteca Naccional.

Por: Doctor Rodrigo Noriega

En 1999, el primer Diagnostico del Estado del Ambiente de Panamá (Geo Panamá 1999) indicaba que el principal problema ambiental que enfrentaba el país era el de la cultura ambiental prevaleciente, ya que la misma no favorece el desarrollo humano sostenible.

Por otra parte, en el año 2008 el Informe Nacional de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (INDH 2008) señalaba que las instituciones políticas panameñas eran las principales responsables de que el país no tuviese un alto grado de desarrollo humano considerando los enormes recursos de los que disponía, y concluía la necesidad de reformar la cultura política del país como tarea fundamental para mejorar el nivel de bienestar de la población.

En un esfuerzo reciente en el proceso de elaboración de la propuesta de Propuesta de Elaboración de la Cultura Ambiental (PNCA 2009) se efectúo un diagnóstico de la cultura panameña y se destacó que la misma era:
· Machista, al igual que la mayoría de las culturas dominantes de América Latina y el Caribe;
· Transitista, debido a que la forma en que el territorio y la economía panameña se insertaron en la economía mundial desde hace 4 siglos ha sido el tránsito de bienes y servicio y que este transitismo ha generado una profunda sicología de la dependencia y una consiguiente baja autoestima en la población.

La PNCA propuso como tarea central para la reconstrucción de la cultura ambiental del país, la de promover una nueva ciudadanía ambiental. Considero que igualmente todas las áreas de la cultura necesitan promover el ejercicio de ciudadanía, que este ejercicio es un conjunto de actividades emocionales, intelectuales, espirituales y físicas. Para el desarrollo y construcción de una nueva ciudadanía se necesita recuperar los espacios físicos tales como aceras, parques, áreas verdes y otros similares.

La Ciudad de Panamá tiene un crisis de espacios físicos públicos, lo que no permite ni fomenta la interacción ciudadana, a la vez que sus grandes espacios verdes, tales como el cerro Ancón, el Parque Natural Metropolitano, el Parque Summit, la Ciudad del Saber, el Parque Camino de Cruces, requieren principalmente de acceso por vía de automóvil y quedan marginados aquellos ciudadanos sin acceso al transporte. Incluso el Parque Omar, la más accesible de todas las áreas verdes de la Ciudad, carece de aceras en su vía principal obligando a los visitantes a caminar en la calle.

Otra tarea pendiente de la cultura panameña tiene que ver con que la edad promedio de los panameños encarcelados es de 24 años, y de acuerdo con la Contraloría General de la República la edad media de los panameños es de casi 22 años. En 1991 se cometía en Panamá aproximadamente un homicidio por semana y para el 2009 nos estamos aproximando a 2 homicidios por día, es decir: en una generación nos hemos hecho una sociedad 14 veces violenta. Es 1994 había 5 pandillas delincuenciales, y el 2009 se identificado 215 pandillas. Esta es la forma en que los jóvenes han aprendido a expresarse, a través de la violencia. El país necesita de un gran ejercicio nacional de terapia psicosocial, sanando y reconciliando las heridas y las divisiones provocadas por la dictadura militar panameña y la invasión militar estadounidense que la terminó. La única forma de hacer esa catarsis nacional es a través de las manifestaciones artísticas y las expresiones culturales. Esa tarea del diálogo cultural y la catarsis nacional son las grandes tareas pendientes para la institucionalidad pública y la ciudadanía.

El autor es Doctor en Derecho Internacional Ambiental de la Universidad de Yale, Abogado y Consultor en temas de Estrategia de Desarrollo y trabaja con diversos organismos de la sociedad civil. (Foto cortesía de Rolando De Sedas).

martes, 7 de julio de 2009

Una agenda para la cultura


Este jueves 9 de julio, a las 10:00 am, se llevará a cabo, en la Biblioteca Nacional, el Foro “Cultura y desarrollo nacional” en el que participarán como invitados:
María Eugenia Herrera, bailarina, exdirectora del Ballet Nacional y la nueva directora del INAC; Danilo Pérez, músico y gestor cultural privado, creador del Panama Jazz Festival; Mario García Hudson,
historiador y filósofo; Alexandra Schjelderup, gestora cultural privada y directora de la Asociación Cultural Enredarte; Olga Sinclair, artista plástica; Rodrigo Noriega, abogado y consultor en temas de estrategia y desarrollo sostenible; y como moderador, José Luis Rodríguez Pittí, escritor y presidente de la Asociación de Escritores de Panamá y codirector de la Fundación El Hacedor. Los antecedentes del Foro "Cultura y Desarrollo Nacional" pueden ser consultados en: Publicado en http://www.escritorespanama.com/, o http://www.escritorespanama.com/2009/07/antecedentes-del-foro-cultura-y.html

"Para la Asociación de Escritores de Panamá y la Fundación El Hacedor, es muy importante que el foro sea un punto de encuentro para el diálogo abierto, con criterios científicos y de altura, un debate entre los gestores culturales, los artistas, el gobierno y todos los interesados en este tema. Pero también, que sea un evento que sirva para educar a todos sobre la necesidad de empezar a tratar a la cultura como tema de Estado", han expresado los organizadores.

Nuestro discurso se enmarca dentro de los conceptos de desarrollo y cultura que están estrechamente ligados y son fundamentales esenciales para construir estrategias y toma de decisiones que puedan aportar al problema de la injusticia social. "El desarrollo no se limita a la consideración de aspectos económicos, sino a todos los ámbitos del quehacer humano que conducen al bienestar y el mejoramiento de la calidad de vida de los pueblos", reza la UNESCO. Todas las acciones que implican el mejoramiento del desarrollo humano tienen que ver con la cultura. Esto debería tenerlo claro el Gobierno si de verdad está decidido a combatir la inseguridad y a rescatar a la juventud de la ola de violencia.

En esta ocasión, Mirada de Nuchu, reedita un artículo que fue publicado originalmente en el suplemento cultural dominical Día D, del Panamá América, el día 14 de junio de este año. El texto fue escrito por quien administra este blog cultural y el poeta Héctor Collado. Lo hacemos porque las cosas, en este país, aunque estén escritas, quedan la mayoría de las veces, naufragando; y para que sean tomadas en cuanta hay que ser tercos, como decía Diana Morán. El aporte debe servir para enriquecer este primer debate sobre el papel de la cultura en la encruzijada nacional.

C.F.

UNA AGENDA PARA LA CULTURA
Por: Carlos Fong y Héctor Collado

Más allá del concepto de entretenimiento y la diversión que se tiene de la cultura, se debe admitir que la cultura es el eje y principio de la finalidad para el desarrollo del país. Es decir, que el país crezca, económicamente hablando, no solo hacia “arriba” sino que las dimensiones de la creatividad y la cultura sean un papel decisivo para la vida en democracia.

Si la cultura está fuera de la agenda del Estado, no podemos esperar un cambio de verdad; porque la concepción de desarrollo sin cultura no mejora la calidad de vida de los ciudadanos. Se requiere de una agenda que esté pensada para que el sector tenga la posibilidad de articularse desde proyectos viables con resultados. Una agenda donde la cultura sea reconocida en su dimensión estratégica como un valor de innovación y desarrollo.

Ningún gobierno puede cambiar un país en 5 años. Es decir: nadie puede administrar a corto plazo los destinos de un país. El Estado no crea cultura, ni la administra, pero sí puede hacer gestión cultural: los recursos al servicio del sector destinados a estimular ciertos objetivos de manera que los resultados de las acciones se sientan y se vean. Y para esto se necesita saber qué se tiene y con qué se cuenta.

Somos de los que piensan que sin esperanza no hay futuro; por eso tenemos esperanza de que un día las decisiones del Gobierno tomen en cuenta el valor de la cultura. Mientras tanto, con un referente como principio de que no hay desarrollo endógeno, sostenible y éticamente verdadero sin cultura, pensamos en estos componentes para una agenda de la cultura. Sabemos que no son todos, en términos de prioridades; pero otras necesidades y particularidades se pueden sumar una vez iniciada la gestión:

1. Rescatar y revisar la documentación existente para elaborar una Política Cultural del Estado Panameño. Existe documentación empírica sobre el tema y sólo hace falta tener una visión amplia para involucrar al sector y tomar decisiones. Toda estrategia de desarrollo de un país debe tener una política de gestión cultural; no hacerlo implica ponerle una camisa de fuerza al quehacer artístico.

2. Estudiar y actualizar la legislación cultural existente. En la actualidad el INAC tiene un borrador de la Ley General de Cultura, base para una Política Cultural. También se han creado importantes leyes como la Ley de Cine (ya aprobada) y la Ley del Libro, la Lectura y las Bibliotecas (sin aprobar), por mencionar algunas. Basta con darle el seguimiento apropiado y articularlas con la educación.

3. Promover la industria creativa. En muchos países ciudadanos, políticos, empresarios y científicos ya han reconocido la creación artística como algo capital para generar no solo valores políticos y sociales, sino un importante aporte para eliminar el desempleo. Impulsar y estimular las iniciativas creativas desde las industrias culturales es tarea del gobierno.

4. Promover la investigación y los estudios culturales. La capacidad de generar información demuestra la madurez y seriedad de los gobiernos. Existe un páramo informativo que dificulta la toma de decisiones en materia de gestión cultural. El INAC no cuenta con un Centro de Investigaciones y Estudios Culturales donde se genere información que ayude a medir y estudiar las fuerzas creativas así como un inventario de los recursos culturales debidamente sistematizados para poder estudiarlos.

5. Reestructurar y fortalecer las políticas y las prácticas que acentúen la importancia del Patrimonio tangible e intangible. En la actualidad se han invertido muchos recursos en la memoria tangible, pero hace falta recursos y personal capacitado para el mantenimiento. También hace falta fortalecer el patrimonio intangible: nuestro saber oral, las danzas, la tradición, el folclor, etc. El INAC no cuenta en la actualidad con una Compañía de Danzas Folclóricas ni un Departamento de Estudios Folclóricos.

6. Democratización de los bienes culturales. La apropiación de los bienes culturales para que la comunidad tenga una participación es un derecho; pero otro derecho legítimo es el acceso a espacios donde la población pueda estimular su capacidad creativa. Las casas de cultura, las escuelas de arte, los centros regionales, son espacios propicios que pueden generar una gestión positiva acorde con la visión de país que se quiere.

7. Desarrollar programas nacionales de articulación para una cultura de paz. Se comete un grave error cuando no se consulta al sector cultura sobre los problemas sociales que actualmente nos afectan, por ejemplo; el tema de la violencia. Programas de prevención en áreas de alto riesgo se pueden realizar y ejecutar de manera articulada con otras instituciones que tengan que ver directamente con el tema. Se debe trabajar en la organización del ocio que permita a la juventud contar con programas efectivos a largo plazo.

8. Fortalecimiento de la diversidad cultural. Los procesos de interculturalidad, diversidad cultural y construcción de nuevas identidades requieren de mayores recursos para la investigación científica.

Para finalizar, haremos un breve ejercicio de FODA:

Fortalezas: Ya hay un camino andado. Existe recurso humano: artistas, gestores, investigadores y profesionales en todos los sectores. Y existen proyectos y programas a los que hay que darle seguimiento y evaluación.

Oportunidades: Panamá es rico en tradición y posee una gran diversidad cultural creativa; además el sector empresarial podría hacer la diferencia para un verdadero cambio.

Debilidades: La falta de articulación institucional de las principales instancias vinculadas al sector: MEDUCA/INAC/Universidades. El uso inadecuado de los recursos.

Amenazas: Deberían prevalecer criterios culturales y no los intereses políticos. Muchas veces los vaivenes de la política entorpecen el camino andado.

(Los autores pertenecen al Foro Nacional del Libro y la Lectura).

A los 20 años de Redplanes

La Red Iberoamericana de Responsables de Políticas y Planes de Lectura - Redplanes, cumplió 20 años. Redplanes es una red conformada por los...